domingo, 25 de agosto de 2013

Los árboles brasileños portan millones de especies de bacterias en sus hojas

El bosque tropical atlántico brasileño, que en los últimos 400 años ha sido reducido a un 8% de su tamaño original, podría contener según un estudio reciente hasta unas 13 millones de especies de bacterias aún sin identificar.
Además de recalcar la increíble biodiversidad que todavía queda en estos lugares, este estudio apunta a la posible fuente de medicamentos y recursos para la agricultura aún por estudiar y que se vería destruida si la devastación prosigue.
Marcio Lambais de la universidad de Sao Paulo en Brasil ha publicado los resultados de su estudio en la revista Science recientemente. Este científico dirigió un estudio basado en la recolección de 20 a 30 hojas de árboles de cada una de las nueve especies de árboles consideradas en un aregión dada. En el laboratorio procesaron 12 gramos de hojas de cada árbol a la vez mediante un sistema que hacia subir a las colonias bacterianas hacia la superficie de una disolución especial.
Después analizaron el ADN de estos microorganismos para tener una idea general de la variabilidad genética de esas comunidades en los diferentes árboles. Después seleccionaron dos especies de árbol que tenían comunidades bacterianas similares y una que contenía comunidades muy distintas a las otras. Más tarde secuenciaron fragmentos de ADN de los distintos microbios para tener una visión más detallada de las bacterias presentes y estimaron la biodiversidad de las mismas en el bosque.
Encontraron que incluso los árboles de la misma especie tenían una variación muy grande de las especies de bacterias que vivían en ellos. Los cálculos indicaron que en cada árbol viven de 95 a 671 especies diferentes de bacterias y extrapolando ese resultado se llegó a deducir que hay de 2 millones a 13 millones de nuevas especies de bacterias en ese ecosistema.
Los investigadores fueron sorprendidos por este resultado, que aunque esperaban que fuese alto, no creían que podría llegar a ser de tal magnitud. Según el autor es necesario entender cómo estas comunidades funcionan y su papel en el ecosistema.
Ahora el equipo de investigadores estudia la biodiversidad bacteriana sobre las hojas de otras siete especies de árboles en otros lugares. Esperan alcanzar un mejor entendimiento de cómo las comunidades bacterianas son afectadas por la localización de sus árboles anfitrión.

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